14 jul 2010

Una reveladora de secretos



Primero que nada déjame presentarme: me llamo Leticia (si, ya sé, como la princesa, no me lo recuerdes por favor), mis amigos me llaman “Let” y no me gusta revelar mi verdadera edad aunque te advierto que no soy tan joven como tú crees. Trabajo en el centro de estética Dermolight, y he decidido escribir un blog en donde te pueda ir contando como es la vida de una esteticista (a la que le encanta su trabajo) y todas las situaciones curiosas o divertidas que ocurren en un Centro de Estética. Estoy segura que ni sospechas la de cosas que una aprende compartiendo con un público tan variado y trabajando con diferentes equipos y productos 9 o 10 horas al día.

Mi madre me cuenta que de pequeña cuando jugaba con las muñecas ya me gustaba maquillarlas, peinarlas e hidratarlas con cremas. Soy esteticista de vocación y aunque tuve la oportunidad de estudiar en la universidad decidí meterme en este mundo. ¿Lo mejor? Mis clientas y mis clientes. ¿Lo peor? No tener nunca tiempo para hacerme un tratamiento de belleza. La gente cree que porque una trabaja en un centro de estética se la pasa todo el día en una camilla tumbada… ya conoces el dicho: “en casa de herrero cuchillo de palo”, pero la realidad es que he aprendido sobre los tratamientos que funcionan, los que no, las bondades de los equipos y de los cosméticos por pura observación y comprobación en mis propios clientes y no en mi misma. En este blog pretendo contarte la verdad, lo que tal vez ningún centro de estética tradicional te va a revelar... porque en este mundo hay 2 principios básicos que debes de conocer como clienta:
1- hay tratamientos que de verdad funcionan, dan buenos resultados
y
2- no todo lo que brilla es oro

Es todo por hoy y espero ser de tu ayuda

Let

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