Cindy. Esteticista de Dermolight
Desde muy chica descubrí que quería ser esteticista.
Nací en Ecuador, un país donde culturalmente a la mujer le gusta ir siempre bien arreglada y se cuida sin importar edad o condición social. Cuando era pequeña me gustaba observar a las mujeres guapas y elegantes. Allí fue donde descubrí que quería dedicarme a la estética. La mujer ecuatoriana me sirvió de inspiración y motivación.
Dentro del mundo de la estética me gustan todos los tratamientos: faciales, corporales y masajes. No tengo preferencia por ninguno en específico.
Desde muy chica descubrí que quería ser esteticista.
Nací en Ecuador, un país donde culturalmente a la mujer le gusta ir siempre bien arreglada y se cuida sin importar edad o condición social. Cuando era pequeña me gustaba observar a las mujeres guapas y elegantes. Allí fue donde descubrí que quería dedicarme a la estética. La mujer ecuatoriana me sirvió de inspiración y motivación.
Dentro del mundo de la estética me gustan todos los tratamientos: faciales, corporales y masajes. No tengo preferencia por ninguno en específico.
La cabina es el lugar en donde estoy un largo rato con mi cliente, es por eso que me preocupo porque sea un espacio en donde el orden, la limpieza, la temperatura, la iluminación, el olor y la música estén en perfecta sintonía
No sirve de nada ser buena esteticista... si no sabes escuchar a tu cliente y no tienes empatía.
Colecciono todo tipo de cremas, potingues y cuanta cosa se pueda untar en el cuerpo
El mejor piropo que me han dicho en mi trabajo ha sido “tienes una energía especial”. Cuando estoy haciendo un tratamiento me concentro en hacerlo bien pero también en transmitir buenas energías a la persona que estoy tocando. Pienso en vibraciones de tranquilidad y de relajación
Lo más gracioso que me ha ocurrido en mi trabajo fue una vez que iba a hacerle una higiene facial a un chico y le dije por error “voy a desmaquillarte”. El chico se me quedó mirando con cara de “es que yo no me maquillo”. Todo terminó en unas risas entre ambos
De no haber sido esteticista hubiera sido cirujana plástica
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